Hacer una llamada por el teléfono celular de México a Guatemala o a otras naciones centroamericanas, le cuesta a los mexicanos un ojo de la cara; es decir, si usted adquiere una tarjeta de 100 pesos tiempo aire, con el solo haber ingresado la llamada de su celular al que pretende llamar, telcel le cobra en automático, un monto de 50 pesos y casi seis pesos por segundo. Si usted solamente habló dos minutos con un segundo, ya le están cobrando tres minutos efectivos. Sino usted llamó y no le contestaron, también tiene el mismo costo por ingreso. De esa manera y al amparo de la impunidad Carlos Slim ha amasado fortunas sorprendentes minutos a minuto, a costa de la miseria y la necesidad de millones de mexicanos que comunicarse es fuerza mayor. Pero no todos los gobiernos de los países donde América Móvil opera le han permitido semejante aberración, pues en los sudamericanos, la empresa del magnate Carlos Slim, ha sido sancionada con millonarias sumas por mal servicio, por abusivo, por mal trato y otros detalles que en México se le han tolerado minuto a minuto y año tras año. Las acciones de la empresa de Slim caen casi 4% luego de la iniciativa de leyes secundarias; el proyecto pega a la firma al plantear eliminar la larga distancia y el cobro de interconexión, situación que sería el pueblo quien aplaudiera a los legisladores esa acción sin precedentes en contra de los grandes monopolios en manos de personas que confabulados con el mismo gobierno, han coadyuvado para hacer un México repleto de pobres donde pululan dos o tres empresas que poseen casi todo el capital que cuentan más de 112 millones de mexicanos en su conjunto. En países como Guatemala, simplemente, cualquiera puede, desde su celular, llamar en cualquier lugar a sus familiares radicados en Estados Unidos de Norteamérica, pues con la compra de 100 quetzales tiempo aire pueden llamar hasta casi una hora y nosotros solamente nos alcanza para hablar dos o tres minutos; ellos tienen la cobertura casi total se señal en cualquier lugar de Guatemala y nosotros los mexicanos, tenemos que subirnos a los cerros para poder hallar una rayita de señal. En México, un país extenso, geográficamente hablando y con millones de usuarios solamente tiene como opción la empresa del magnate mexicano, mientras que en Guatemala, se cuenta con las empresas CLARO, filial de Telcel y TIGO, de origen europeo. Esta última, hace una competencia extrema a la del segundo más rico del mundo, pues mientras TIGO en países centroamericanos regala un 50% del total del costo de la tarjeta, TIGO regala el 100% y de esta manera, en aquellas naciones centro y sudamericanas, así como con la protección de los gobiernos hacia los usuarios que cuidan el escarnio del depredador mexicano, ha tenido que bajar costos y ofertar su producto a manera de no ahuyentar su clientela. Al aprobarse las reformas, los mexicanos podrían tener costos decorosos para la comunicación, ya sea en telefonía fija y móvil, puesto que se pretende eliminar los costos que TELECEL hace a otras compañías móviles en donde se precisa que el magnate tendría dejar de percibir miles de millones de pesos cada año, millones que son el producto del escarnio, del abuso de dicha empresa que hasta ayer se había mantenido bajo la sombra de leyes oscuras que a pesar de ser prohibido el monopolio en el 28
constitucional, seguían siendo burladas, gracias a la protección de altos funcionarios que mantuvieron vivo ese convenio de explotación de los monopolios mexicanos.
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